Actividad Física para la Tercera Edad
La vida humana pasa por una serie de etapas en su desarrollo desde el nacimiento. Esas diversas etapas que se van sucediendo son, unas de progreso y evolución y otras de regresión e involución. Para las últimas edades de la vida se habla hoy de la tercera edad. Establecer el inicio cronológico de la tercera edad encierra algunas dificultades, pero en la actualidad se estima en los 65 años, que es por otra parte la edad que la mayoría de los países han establecido para el retiro de la actividad laboral mediante jubilación o pensión. Pero esto es lo que se ha llamado la vejez del calendario, que no tiene nada que ver con la vejez real de la persona. Hay personas que ya muestran atributos seniles en edades más tempranas y otras, por el contrario, en edades más avanzadas. Lo que si es cierto, que con la edad, llega una disminución evidente de nuestras estructuras orgánicas y funcionales, lo cual significa una aptitud reducida para realizar trabajo físico; es decir, una disminución de la vitalidad, de la producción energética o en forma más objetiva, una disminución de la máxima capacidad para consumir oxigeno.
Pero ¿Tendremos que esperar con tristeza la aparición de este estado funcional y orgánico? Creemos que la respuesta debe ser NO. Los efectos psíquicos que produce la realización de ejercicio regularmente, no son patrimonio exclusivo de los jóvenes, producen en los mayores una notable euforia y sensación de bienestar físico y mental. La progresión decadente de nuestro organismo con los años, no es de ninguna manera, un fenómeno inmodificable. El ejercicio físico es el gran modificador, es el que hace la diferencia. La actividad física deberá promover no solo la resistencia general aeróbica, sino también la coordinación y la flexibilidad, sin olvidar la fuerza y la velocidad. |